En los últimos meses hemos repasado algunas de las pruebas que marcaron una década en nuestro deporte en Castilla y León. Así, en los años 90 destacamos el primer Campeonato de España disputado en la región, concretamente en el Duatlón de Salamanca. En los 2000 subrayamos el Campeonato de España de Triatlón de Valladolid de 2004, mientras que en la siguiente década resulta obligado quedarnos en Soria para recordar el único Campeonato de Europa que hasta el momento ha celebrado nuestro deporte en la Comunidad, el Duatlón de Soria de 2017.
El Campeonato de Europa de Duatlón de Soria en 2017 fue especial, no solo por ser la primera cita continental que acogía la Federación regional de triatlón en toda su historia, sino porque fue una cita inolvidable tanto por la calidad organizativa como deportiva, donde, además, España logró dos medallas en las citas absolutas, como son el oro de Emilio Martín y la plata de Mavi García.
La ciudad de Soria siempre se ha volcado con el Duatlón, pero en la prueba de 2017 se respiró la relevancia de la cita durante meses. Para empezar, la consecución del campeonato por parte de la candidatura castellano y leonesa, que se notificó en Lisboa (Portugal), fue recibida por la ciudadanía soriana como un premio colectivo. Meses después, la ciudad celebró el evento con la apertura del Museo del Deporte Soriano, con la medalla de oro de 1.500 metros lisos de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 obtenida por el agredeño Fermín Cacho, o la medalla de oro del Campeonato del Mundo de Maratón de Abel Antón en 1999. Incluso algunos de los edificios representativos de la ciudad se tiñeron con los colores del evento y la comunidad universitaria fue parte fundamental del éxito del Europeo, que dejó una gran impronta a los responsables de la Federación Europea de Triatlón.
Si los directivos europeos se fueron tremendamente satisfechos, no se puede decir menos de las autoridades locales. No obstante, cientos de jóvenes de decenas de países de todo el mundo dieron colorido a la ciudad durante la semana de celebración del campeonato. Muchos fueron los idiomas que se escucharon esos días en las calles de Soria, enriqueciendo la vida cultural de la ciudad, mientras que al mismo tiempo, la provincia proyectaba al exterior su potencial cultural, con una ceremonia de apertura que permitió dar a conocer los orígenes celtíberos de la provincia, así como los valores naturales, deportivos, patrimoniales y en definitiva, turísiticos de la misma.
En cuanto a la competición, difícil evocar tantas sensaciones en unas letras. Por un lado, el corazón de Soria se convertía en un estadio de duatlón, con una grada que vibraba con el paso de los deportistas. En la cita masculina, todas las miradas de la afición española estaban centradas en Emilio Martín, un campeón del mundo y de España que, sin embargo, no contaba en su palmarés con el cetro continental, el único reto que se le resistía.
En una carrera trepidante, cuatro corredores llegaban escapados a la segunda transición, comenzando 5 kilómetros a pie que iban a decidir la competición en favor de un Emilio Martín que corría con el oro entre ceja y ceja, espoleado por la afición soriana. Al cruzar la línea de meta después de 1:46:07 se vivió una apoteosis.
En féminas, misma emoción, con la española Mavi García peleando por las medallas. El oro iba a ser para la francesa Sandra Levenez, incontestable e imperial en el trazado soriano. Por detrás, llegaba con una sonrisa la española, consciente del valor de la medalla de plata. Pero antes de cruzar la meta, susto que se convertiría, afortunadamente, en anécdota, y es que García pasaba de largo de la recta de meta para continuar por el pasillo de transición. El error provocó el pánico en la grada, lo que permitió a Mavi percatarse a tiempo, dar la vuelta y girar por el pasillo que le llevaría al arco de meta. Su ventaja acumulada acabaría siendo clave para no perder un puesto en el cajón.